Crítica de “Valerian y la ciudad de los mil planetas”

Dirigida por Luc Besson. Escrita por Luc Besson, basada en la saga de comics Valérian y Laureline de Pierre Christin (guión) y Jean-Claude Mézières (ilustraciones). Protagonizada por Dane DeHaan, Cara Delevingne, Clive Owen, Rihanna e Ethan Hawke.

Valerian y la ciudad de los mil planetas está basada en la saga de comics Valérian y Laureline de Pierre Christin y Jean-Claude Mézières, que también participó en la película como guionista. El espectador podría pensar que la película está muy influenciada por otros clásicos de la ciencia ficción como Star Wars, Blade Runner  y El quinto elemento (también de Besson), pero en realidad el comic original se publicó en 1970, siete años antes del estreno de Star Wars. Lamentablemente, dado que la adaptación cinematográfica salió 40 años después, la película está efectivamente influenciada por sus predecesoras.

Aunque el ilustrador participó en el guión, la historia no tiene demasiado que ver con el comic: En esta adaptación los agentes Valerian y Laureline deben salvar a Alpha, una enorme metrópolis y hogar de miles de especies, de una fuerza oscura que planea destruirla.

La película abre con un hermoso homenaje tanto a David Bowie, como Guardianes de la galaxia, pasando por la historia de los viajes espaciales con un montaje de la llegada del hombre a la luna, acompañado por las melancólicas palabras de Space Oddity.

Luego pasaremos a conocer a una especie alienígena cuyo diseño e ilustración vale la pena pagar el 3D o el IMAX: unas criaturas etéreas en colores pasteles brillantes, con vestimenta y estética que recuerdan a las antiguas tribus africanas. La cultura de esta especie también es muy parecida a los Na’vi azules de Pandora (Avatar).

Se podría decir que Valerian (el personaje, sin tilde en esta adaptación) es el precursor de Zapp Brannigan, un capitán espacial sin pantalones de la serie Futurama cuyo único objetivo es seducir mujeres durante todo su paso por el programa; o una especie de Johnny Bravo (seductor fracasado de la serie de dibujitos de los 90) pero en el espacio exterior. Valerian por lo menos tiene pantalones puestos (los reales, no los figurativos) pero durante toda la película está tratando de convencer a Laureline de que ellos deberían estar juntos, sin mucho éxito.

La agente Laureline por su parte, es una mujer de armas tomar y carácter fuerte, por lo que es el blanco de chistes sexistas a lo largo de la película. El sexismo y el machismo son el plato recurrente, repetido y aburrido que se sirve durante toda la película, entre ellos:

Valerian tiene una “playlist” (en serio, se llama así) con todas la lista de mujeres con las que estuvo y Laureline pretende que el la borre para estar con ella (que borre la playlist no significa que eso no haya pasado, querida).

Hay una escena donde unas creaturas le dicen a Laureline que ellos ya conocen a los humanos y ella les contesta que nunca conocieron a una mujer para luego dispararles (porque, claramente, las mujeres somos seres temperamentales e impredecibles).

Desde el principio se sabe que Laureline es una excelente piloto pero en el momento en que ella se ofrece a conducir automáticamente Valerion le dice que no y pone cara de horror (porque las mueres no saben manejar, ¿no es cierto?).

Otro momento donde Valerion adquiere características femeninas y Laureline lo deja pasar, le dice “las damas primero” y se burla de él (como si ser mujer fuese algo terrible).

Un clásico: se ranquean a las mujeres por su belleza física del uno al diez solo por su apariencia física.

Hasta pareciera que Besson ya usa el machismo como recurso humorístico: hay un momento de mansplaining terrible donde Valerion le explica el significado de una palabra en un idioma alienígena que ninguno de los dos hablan pero que se entendía perfectamente por el contexto, donde Laureline ya se exaspera por completo.Podría seguir pero la lista es interminable.

Esta situación se revierte un poco cuando, por ejemplo Laureline le pone los puntos a Valerion es cuando él le pide que se quede para pedir refuerzos  y ella le dice que por una vez los refuerzos los pida él.

Besson le da una vuelta de tuerca esta situación cuando muestra como Laureline y Valerion se complementan: él es un soldado totalmente cerebral que solo piensa en cumplir su deber, mientras que Laureline posee una sensibilidad  que le permite ver más allá de su deber y comprender cosas que Valerion no entiende, como la empatía. Por eso es que Laureline no quiere casarse con él: porque Valerion no entiende lo que es el amor. Es interesante ver como Valerion deja de subestimarla en muchos aspectos para terminar confinando en ella en vez de seguir órdenes sin ningún razonamiento.

Esto se ve reforzado por las declaraciones que Jean-Claude Mézières hizo con respecto a la heroína en el comic: «Desde los principios de la serie, Laureline no es una figura al servicio de Valérian (faire-valoir). Nos pareció importante dar a nuestra heroína este lado positivo, ideas claras, determinada y al mismo tiempo con bonitas nalguitas».[i] Lo de las nalguitas es verbatim, vale la pena aclarar. Gracias a esta explicación se entiende bastante el casting: Cara Delevingne solía ser modelo y, aunque es muy buena para interpretar estos personajes seductores y que trasmiten seguridad en sí mismos (como en Ciudades de papel), al igual de que Dane DeHaan, no se entiende por qué contrataron actores que no parecen de más de 22 años cuando se supone que son agentes con muchos años de experiencia. Hubiese tenido sentido si hubiesen aclarado que ellos pueden viajar en el tiempo como en el comic y que el paso de los años no tenga un efecto físico en ellos, pero esto nunca sucede.

Destacable es el personaje de Rihanna: una bailarina exótica que Valerion conoce en una misión. Primero funciona solo como eye candy, pero luego adquiere un mayor protagonismo y tiene una historia muy interesante, pero lamentablemente solo ve su valor a través de la mirada de los demás, particularmente la masculina. Increíblemente, este personaje se lleva de las frases más profundas del guión: “¿De qué sirve la libertad cuando sos una inmigrante ilegal que no tiene como volver a casa?” y “La vida es terrible cuando no se tiene una identidad propia”.

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A nivel edición la película tiene momentos donde parece un videojuego donde, como ya se hicieron tantas misiones que distraen de la principal, el espectador ya ni recuerda qué era lo que estaban haciendo en primer lugar y cómo llegaron a ese punto.

Es probable que muchos amantes del género aleguen que todas estas cosas con esperables y que no podemos pretender más de una película “pochoclera”. Desde Buenos Bares.com creemos que es importante para la evolución tanto de la ciencia ficción como del cine en general dejar atrás este tipo de conceptos y exigirle a la industria películas más inclusivas, sin estereotipos y con mayor contenido.

por Daniela Barri

[i] Fuente