Los vinos de PIPA en Aldo’s

En el marco de las degustaciones de diferentes bodegas invitadas que se realizan todos los martes ahora en Aldo’s – restaurant y vinoteca, el pasado martes 29 de Diciembre fue el turno de PIPA.

PIPA, aunque muchos lo identifiquemos con Brasil, en este caso hace referencia a los Productores Independientes de Paraje Altamira, un grupo de Bodegueros que buscan posicionar Paraje Altamira como una zona con identidad propia y vinos de alta calidad.

Paraje Altamira, una subzona de La Consulta, Valle de Uco en Mendoza está compuesto por unas pocas hectáreas (menos de 4000ha totales, de las cuales sólo casi la mitad se encuentran cultivadas), con una composición de suelo – por su cercanía a la Cordillera – mayormente pedregoso. Esto se traduce en un gran aporte de minerales en el suelo y altura sobre el nivel del mar, más de 1000 msnm. La consecuencia principal de esto es una gran amplitud térmica (20°C aproximadamente). No es extraño para estos productores cosechar hasta más de un mes después que en la mayoría de las zonas lindantes, usualmente en Abril. También, cabe mencionar que el agua escasea – aunque es de muy buena calidad ya que es de deshielo – y por tanto sus plantas suelen sufrir de estrés hídrico (algo así como lo que nosotros sentimos un día de verano estando al sol y sin tomar agua por mucho tiempo).

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¿Qué provoca la amplitud térmica y para qué sirve? La amplitud térmica – que es la diferencia entre la temperatura máxima durante el día y la mínima de la noche – propicia el descanso de la uva durante la noche, esto evita el excesivo consumo de ácidos (que se transformarían en azúcares), propicia el desarrollo de colores intensos y complejidad aromática. Los vinos entonces suelen ser muy aromáticos, intensos en color (suelen teñir la copa), con buena estructura de taninos y muy frescos (gracias a su acidez).

Para los PIPA, cuyo viticultor, bodeguero y comercial de los vinos muchas veces suelen ser ellos mismos, los vinos nacen en el viñedo, y como consecuencia de esto, rinden culto a la identidad dada por el terroir o terruño en sus vinos. La mayoría comenzó vendiendo sus uvas antes de poder hacer sus propios vinos, lo que los llena de respeto y afecto por el suelo.

En la degustación de ese martes pudimos disfrutar de los vinos de las bodegas: Adrian Rio, Finca Beth, Finca La Igriega, Las Glicinas y SonVida.

Comenzamos con el Chardonnay Jengibre, de Las Glicinas, presentado por Humberto Persano. Un chardonnay fresco, bastante cítrico, que toma el nombre de uno de sus descriptores aromáticos. Un 2015 con notoria acidez y mineralidad, pero donde la fruta fresca también encuentra lugar. Algo que resulta interesante es saber que se vinificó casi como un tinto (con sus orujos) y ha sido estabilizado en los mismos tanques de acero inoxidables en donde fermentó junto a duelas de roble que le suman en complejidad en nariz.

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Pasamos a los tintos de Adrian Rio representados por Cinthia Baldi, con un Malbec fresco y mineral, fácil de tomar. Continuamos con Son Vida Cabernet Sauvignon, de la mano de Sonia, quien nos comentó de su vida pasada como periodista, sus viajes a Napa, Jerez, Porto y otros lugares donde se enamoró del vino, y amenizó con sus particulares comparaciones entre vinos y personajes de Hollywood. Con un 10 % de Syrah en esta botella de 2012 aportó un toque especiado y un tanto salvaje al vino, definitivamente un Cabernet poco tradicional e interesante.

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Luego continuamos con el 2km Blend de Finca Beth, en donde según los comentarios de Enrique Sack, son osados y deciden cosechar habitualmente en Marzo (para la zona como fue antes mencionado es temprano) para así resguardar la acidez. Un blend con notas especiadas, mentolados y la característica mineralidad de la zona (que no escapa a ninguno de los vinos degustados esa tarde).

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Completamos el recorrido (por el día, ya que hay más bodegas y variedad de vinos en el grupo) con un Blend de Finca la Igriega donde tienen el concepto de que la vida es trabajo “y algo más”, dando nombre a la bodega gracias a esa filosofía. Nicolás Goldenberg es economista y forma parte del equipo de la bodega junto a su padre, quien se ha dedicado a la indumentaria por muchos años, y da cuenta del vino estilo Bordeaux traído, un blend de Malbec, Cabernet Sauvignon, Cabernet Franc y Petit Verdot que pide una buena comida para acompañar.

por Florencia Campicelli