Crítica de “Hermanas” de Carol López

«Hay una cosa tan inevitable como la muerte: la vida (A. Chéjov)»

Escrita por Carol López. Dirigida por María Figueras. Protagonizada por Julia Catalá, Tamara Kiper, Florencia Di Paolo, Elena Petraglia, José Escobar, Nicolás Romeo.

Hermanas, es una de esas obras en las que el espectador tiene que estar atento en todo momento, ya que la acción comienza incluso antes de que arranque la obra: los distintos actores entran en escena para dejar un objeto y desaparecer por otra salida, lo que nos da la pauta de las distintas entradas desde donde pueden aparecer los personajes.

Esta es la historia de Inés, Irene, Ivonne, Isabel (la madre de todas ellas), Iván (el hijo de Irene) y Alex (el novio de Irene) y cómo lidian con la muerte del la principal figura patriarcal de la familia.

La obra se destaca por no contar la historia de manera lineal, donde se ve una cuestión casi de edición cinematográfica donde el pasado, el presente y el futuro se entremezclan de tal manera que queda en manos del espectador ordenar los hechos.

La pieza es una comedia de humor negro, así que aquellos incapaces de reírse de la muerte deberían abstenerse. Al estilo de Muerte en un funeral (la inglesa, no la estadounidense) las  características de la comedia negra se ven con claridad:

La falta de poder, el principal motor de los personajes, muestra que carecen de control sobre sus parejas, su sexualidad, sus deseos, su salud y eso es lo que los impulsa a rectificar estas situaciones. Los dispositivos cómicos como la incongruencia (la madre que le ofrece al novio de Irene una ginebra y aunque el joven le dijo que no, se la sirve y se lo toma ella), lo disfuncional de la dinámica familiar como forma de burla a la institución de la familia y temas como el hombre como bestia (la hermana menor vomitando en el patio), lo absurdo del mundo, y la omnipotencia de la muerte.

Otra característica particular de la obra es como los personajes se turnan para sentarse en la vieja silla de ruedas del padre y tocar el piano en distintos momentos, donde incluso se trasladan en la silla, participan de la acción o quedan como espectadores musicalizadores.

La obra se siente como si uno estuvieses espiando en el living de una casa de familia, los diálogos son tan naturales, fluyen de tal manera que parece que el espectador estuviese espiando una conversación verdadera; de las mejores actuaciones y dirección de actores que se ha visto en años. Aquí el pacto ficcional es casi innecesario, no hay forma de no creer lo que se escucha, no hay necesidad de forzar al espectador a creer nada, porque todo podría pasar en el living de la casa de cualquier familia.

Las dificultades de los personajes son evidentes casi a simple vista: el caso de Inés que, según Irene es “es inodora, incolora e inhumana”. Inés, que no se deja amar ni ayudar por su pareja ni por nadie, pero tampoco es una madre presente para su hijo. Ivonne, que tiene graves problemas de intimidad y la madre Isabel, quien dejó su vida de lado para vivir por su marido y ahora no sabe por quién vivir.

El guión es brillante en su balance entre momentos dramáticos y momentos humorísticos, con perlas como “Las mujeres tiene derecho a cambiar de tema, los hombres no”, “Cuando salgo al jardín me dan ganas de llorar, y cuando entro lloro de verdad” y “Si vos [Inés] no cotizas en el mercado [de las relaciones], entonces yo [Isabel] voy directo al Ejército de Salvación”.

por Daniela Barri




HERMANAS

El Camarin de las Musas: Mario Bravo 960 – CABA

elcamarindelasmusas.com

Entrada: $ 250,00 – Viernes – 23:00 hs