La magia de la noche porteña está compuesta por muchos actores; restaurantes, bares, bodegones, tragos, boliches, DJs, bartenders, etc. Pero uno de los elementos que más conforman su mística son los bares ocultos que están desperdigados por la ciudad.

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Entre estos bares ocultos destaca Floreria Atlantico, reducto donde es capitán Tato Giovannoni. Tato es uno de los más reconocidos bartenders argentinos, creador de su propia línea de bebidas y destilados con el gin Príncipe de los Apóstoles y la tónica Pulpo Blanco.

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A primera vista, si no conoces, el lugar te pasa desapercibido porque en Floreria Atlantico la barra está en el subsuelo. Para llegar a ella, tienen que entrar a una “florería” que se percibe desde un amplio ventanal que da la calle Arroyo en Recoleta. Además en este primer nivel también funciona como vinoteca y venden vinilos con un amplio gusto musical. Una vez dentro, tienes que acceder al bar a través de la puerta de la “cámara fría” que aparentemente está ahí para conservar las flores. Al abrirla empieza la magia, desciendes por una escalera a una especie de sótano, que recuerda por momentos la bodega de un barco, con sus vigas, el salitre que parece salir del techo, los dibujos de animales fantásticos en las paredes. Una vez dentro ya no hay escape de la atmósfera mística que tiene.

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Si tienes suerte podrás sentarte en la barra (una de las más largas de la ciudad) y explorar su carta, veras que cada sección está concebida como un tributo a la inmigración que recibió Argentina. Tiene tragos con influencia del Caribe, española, italiana, inglesa, alemana, francesa, como un homenaje a los destilados y productos que trajeron consigo todas estas corrientes migratorias y su influencia en el país que estaba naciendo en ese momento. La carta es estacional, siempre sorprende con sus novedades y con sus varios tragos de autor que son perfectos para aquel que busca algo nuevo.

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También tienen una cocina que acompaña de forma perfecta los tragos que preparan, haciendo hincapié en los ingredientes marinos como pulpo o centolla. Lo mejor es que maridan perfectamente con cualquier trago de la carta.

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Un dato a tener en cuenta que para ir en grupo o simplemente en una cita es mejor hacer la reserva, siempre se llena de habitués o buscadores de tesoros en la noche porteña. No por gusto salió varias veces seleccionado entre los mejores 50 bares del mundo.

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Por Daniel Díaz Canel